¿Eres de las que miran la vida de manera positiva? ¿Cuidas tanto tu bienestar físico como el espiritual? ¿Integras la sonrisa y la alegría interior a tu diario vivir? Si has respondido de manera afirmativa a estas preguntas, entonces probablemente seas una persona con gran magnetismo personal.
No todos nacemos con ese encanto. Es algo que la mayoría desarrollamos y fortalecemos a lo largo de nuestras vidas. Y no tiene que ver con la belleza física, sino con la presencia. Las mujeres carismáticas y atrayentes, no nacieron preparadas, no tuvieron una vida perfecta. Ellas se reconstruyeron, se superaron y lograron una versión mejorada de sí mismas.
No nos referimos aquí al encanto y el carisma de grandes hombres y mujeres que se han destacado a lo largo de la historia por su gran poder de atracción. Más bien a personas con vidas más simples, pero con gran sentido.
Mira la vida con sentido del humor
Si tienes una actitud positiva y eres optimista, podrás resolver la mayoría de las situaciones que se te presenten. Por tanto, sonríe y agradece las cosas buenas que hay en tu vida. No te la pases lamentándote o buscando culpables de tu situación, cualquiera que esta sea. ¡Ríete de ti misma!
Evita la rigidez en el pensar
Habla sin afirmar o negar de manera absoluta, concede el beneficio de la duda, elimina el sarcasmo, no generalices. De esta forma mejorarán tus relaciones personales. No te juzgues, ni juzgues a los demás. Serás una persona más flexible, con gran equilibrio interior, más abierta, más humilde. Esas son cualidades de las personas con magnetismo personal.
Controla tu lenguaje corporal y tus emociones
Mira y escucha atentamente a los demás. Haz contacto visual, pero sin hacer sentir mal al otro. Si quieres captar su atención, no lo consigues con un rostro tenso. Las personas con semblante adusto logran ahuyentar a los demás de su entorno.
No te permitas sentimientos de odio, rencor o envidia, porque se revertirán en ti, en tu imagen, en lo que proyectas. El comportamiento negativo y hostil ocasiona daños al organismo, tanto en lo físico como en lo espiritual. Se satura tu alrededor de energía negativa. Y, la expresión facial se torna desagradable y no sólo por las líneas pronunciadas y arrugas que ganarás.
Amistosa, pero selectiva
No abras las puertas de tu vida privada a los extraños. Selecciona bien amistades y amores. No estés en una relación porque crees que necesitas a esa otra persona, sino porque quieres.
Haz lo que te apasiona y ponle entusiasmo a todo
De este modo no te cansarás. Tendrás más energía y serás más feliz. El entusiasmo y la vitalidad de una persona es como un poderoso imán que nos atrae hacia ella. ¡Vive con entusiasmo e ilusión!
Organiza bien tu tiempo, de acuerdo a tus prioridades
Dedica el tiempo necesario a cada actividad, hasta que la finalices. Te sentirás tranquila, satisfecha y ese bienestar se reflejará en ti.
Pon en práctica la frase: «Desayune como un rey, coma como un príncipe y cene como un mendigo»
Debes tener una alimentación balanceada y a la misma hora, para un buen equilibrio en el funcionamiento orgánico. Consume alimentos saludables, sobre todo frutas y hortalizas, que aportan energía y antioxidantes.
Duerme bien
Al dormir no sólo descansas sino que te recargas de energías y renuevas fuerzas. Además se beneficia tu apariencia física y te aporta la calma que necesitas en lo espiritual.
Practica ejercicios
Tu piel estará más limpia y luminosa. Te mantendrás en forma, con energía y buen humor. El cuerpo y la mente relajados aumentan tu magnetismo personal.
No descuides tu sexualidad
Su práctica trae múltiples beneficios. Además de lo que aporta a tu salud, hay que añadir lo siguiente: contrarresta los efectos del envejecimiento en la piel, tonifica tu figura, te hace sentir más feliz (y eso se nota fácilmente), incrementa tu atractivo… El sexo te proporciona una poderosa energía en tu vida. Energía que irradias cuando tienes una vida sexual plena.
Mantente en contacto con la naturaleza
Disfruta de ella. Contempla los árboles, abrázalos, escucha el sonido de sus ramas movidas por el viento. Los ríos , el mar, la luz del sol… refrescan tus sentidos y te dan paz espiritual. Te sentirás en calma, y esta es una de las características de quienes poseen magnetismo personal. Si consigues esa serenidad, nada exterior perturbará ese estado.
Sé solidaria
Una de las experiencias más gratificantes es hacer algo por los demás. Genera satisfacción, alegría interior, bienestar. Ayudar a encontrar soluciones a lo que una persona necesita o está buscando, la hace sentirse en confianza contigo. Pero, tu motivación debe ser desinteresada. Así tus relaciones no serán superficiales e irás creando lazos de valor.
Cuida tu apariencia
Si vas por la vida toda descuidada y hecha un desastre, generarás rechazo hacia ti. No descuides tu rutina de cuidados diarios. ¡Priorízate, mímate, quiérete! Aumentarás tu autoestima y tu magnetismo personal.
En conclusión:Si mantienes una buena actitud, instalas la alegría en tu interior, te cuidas y no escatimas en sonrisas y gestos solidarios, entonces tu magnetismo personal aumentará. Llamarás la atención y te ganarás el afecto y el respeto de quienes te rodean.