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Apariencia irreal o una mejor versión de ti misma

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La belleza real podría entenderse como aquella que puedes ver y tocar, aunque esto es algo que no siempre se puede aseverar. A veces no te puedes fiar de lo que tus ojos ven, ya sea por la cantidad de retoques quirúrgicos que modifican rostros, o por los cambios radicales y hasta alucinantes, que se logran con el maquillaje. A golpe de brocha algunas personas son capaces de transformarse por completo, e incluso convertirse en otras. Como bien dice el refrán: «las apariencias engañan».

Lo positivo de un cambio de apariencia es que la mujer se siente más feliz al ver su imagen mejorada. Algunas de estas «metamorfosis» son obras de arte, como por ejemplo las sesiones de maquillaje a personas anónimas del maquillador ruso Vadim Andreev.

Mujer realizando un cambio de apariencia con maquillaje

El maquillaje de contorno define y esculpe el rostro

 

A todas nos encanta de vez en cuando hacer cambios en nuestra apariencia, ya sea con un nuevo corte de cabello, con un maquillaje diferente o un nuevo estilo al vestir. A veces estos cambios tienen que ver más con un estado emocional que con la belleza y con ellos se le da un giro a la vida o se termina una etapa. El nuevo estilo puede significar un cambio de pareja, olvidar el pasado, un nuevo comienzo, más comodidad, en fin continuar la vida como una mujer nueva.

Estas transformaciones las vemos continuamente en el mundo cinematográfico. Actores y actrices modifican su rostro y físico para hacer más real y creíble su personaje. Un ejemplo claro que me viene a la mente es el de Charlize Theron en «Monster» y más recientemente en  «Bombshell» (El Escándalo), película de 2019, en la que cambia su físico totalmente en manos del experto Kazu Hiro.

Para quienes no quieren llegar a tanto está el retoque fotográfico, que borra imperfecciones y prácticamente todo el registro de vivencias de cualquier cara. Son rostros sin pliegues, ni contracciones, que no denotan haber expresado nunca gestos, actitudes, estados de ánimo, ni ninguna emoción. Un ejemplo fehaciente es el inexpresivo rostro de Kylie Jenner.

 

Rostro inexpresivo de Kylie Jenner

¿Apariencia real o puros retoques?

 

A todas nos viene bien un cambio de apariencia en determinados momentos. No un cambio que nos haga irreconocibles, sino algo que resalte más nuestra belleza. Queremos ser atractivas, deseables y bonitas, pero la belleza no puede ser el norte que nos guíe. Hay cosas más importantes y trascendentes. Y, es liberador adoptar poco a poco el cambio hacia una belleza natural, con toda la diversidad que esta implica.

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